Nuestra Parroquia

Para preparar el jubileo parroquial

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Podemos hacer el esfuerzo de comprender cómo surgió esta advocación de Ntra. Sra. de la Victoria de Lepanto. Ante aquello que se presentaba a los hombres y mujeres del siglo XVI como una amenaza muy real, la atroz respuesta de la guerra, que ellos entendían defensiva y justa, y su recurso a todas las armas con que se contaba entonces, incluso las espirituales. En ese maridaje de religión y sociedad, en el que la fe era elemento aglutinador y directivo –y también corría el riesgo, eso es cierto, de ser degradada a ideología-, hay que valorar la apelación colectiva a la Virgen María ante el peligro turco. Pero debemos también pensar en la intrahistoria anónima de tantos y tantos hombres embarcados, con sus temores y esperanzas, ya fuesen experimentados marinos u hombres de leva en tierra adentro. Un hombre, una lanza, un arcaduz -un remo para los galeotes- y una casa, una familia, una vida dejadas atrás y enfrentado todo al mar y al enemigo. Y aquellos que de niños aprendieron el Avemaría de los labios de su madre, en la iglesia de su pueblo, ¿cómo no van a invocar a la Madre de Dios en tal circunstancia?

Desde el punto de vista de la fe hay que intentar comprender la historia, la cultura y las tradiciones que tenemos detrás, pero lo nuestro es otra cosa. La ocasión del Jubileo nos la brinda la historia, sí, pero hay que tener cuidado de no canonizar lo histórico tan envuelto en el polvo y la paja, en el oro y la escoria de la historia. Es tan necesario hoy asumir lo histórico con naturalidad y honradez cardio-intelectual sorteando los escollos del progresismo más infantil y del tradicionalismo más casposo… A nosotros lo que nos interesa principalmente es ese caudal de gracia que ha representado y representa la devoción a nuestra Madre, alimentado por la imagen de la Virgen de la Victoria. Es tiempo de recordar cuando Villarejo era conocido por su Madre, “la Cordera hermosa”, para volver a proponer y compartir la devoción a la Virgen como impulso de fe.

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La idea de pedir un Jubileo surgió en Villarejo hace poco más de un año: conmemorar el 450 aniversario de la imagen de la Virgen de la Victoria que D. Luis de Requesens trajo tras la batalla de Lepanto. La efeméride se convertiría, por tanto, en una oportunidad para comunicar la devoción de Villarejo a su Madre. Es cierto que luego a nuestro obispo, D. Juan Antonio Reig, le entusiasmó esta idea y lo transformó en un Año Jubilar diocesano. Pero el centro está en Villarejo y su imagen de la Virgen María, madre y maestra de fe de este pueblo. Eso es lo que se ha querido poner en valor.

Cruz e iglesia en Villarejo de SalvanésEs aquí donde querría yo incidir: en lo netamente religioso. El Jubileo no es obtener un bonito diploma por venir a peregrinar al convento. Tampoco es una especie de rito mágico en el que uno hace determinadas cosas y así se gana el favor de la Divinidad. El Jubileo es una oportunidad para recibir la misericordia de Dios y, por lo tanto, llama a la puerta de nuestra libertad, pide de nosotros la conversión y suscita nuestra respuesta.

Para ganar el Jubileo hay que decidirse a amar a Dios, a caminar según sus mandatos y a rechazar todo pecado. Hay que confesarse y comulgar con el deseo de ser ganados y purificados por la gracia de Dios. Hay que rezar por las necesidades del Papa, que es quien nos ha regalado esta gracia. Y, yo diría también, que hay que estar dispuesto a ser misericordioso con los demás. Por esto último nosotros aquí le hemos añadido una obra de misericordia con los inmigrantes. Lo que se recaude durante las misas jubilares servirá, además de para costear los gastos de folletos, carteles, etc., para ayudar a las Hnas. Carmelitas de la Caridad de Ceuta. Allí está la Hna. Paula Domingo, también de nuestro pueblo, trabajando en la atención e integración. Si en la batalla de Lepanto fueron liberados 12.000 esclavos, nosotros recordando este hecho podemos contribuir a liberar de las garras de las mafias o de la marginación a los hombres de hoy. Ganar el Jubileo, pues, no es cualquier cosa.

Dadas las circunstancias marcadas por la pandemia de COVID, la Parroquia de San Andrés Apóstol de Villarejo va a ganar el jubileo en pequeños grupos. Hubiese sido hermoso poder hacer una peregrinación desde la iglesia parroquial, todos juntos, y celebrar una misa para ganar el jubileo un día determinado. Pero eso no puede ser. Así que cada grupo, hermandad o colectivo, cada persona de nuestro pueblo está invitado a venir un día al convento y a cumplir las condiciones para ganar el Jubileo. Os esperamos.

José Luis Loriente Pardillo

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