Ya escribí un Rincón sobre los beneficios en la creación de puestos de trabajo que supondría el que las distintas Autonomías abriesen embajadas por todo el orbe. Además algunos de ellos con sueldos de bandera, como embajador, vice embajador… y sobre todo agregados simpatizantes de los partidos gobernantes, que como única sapiencia tendrían la de un apoyo inquebrantable a su líder y que a su vez se rodearían de los famosos asesores. Vamos, que podríamos pasar a ser el país de la UE con menor índice de paro.

Sobre esto, por suerte, salvo alguna autonomía, no se me hizo mucho caso, pero ahora ha aparecido otro supuesto que igualmente podría generar otra gran creación de puestos de trabajo. Una de nuestras Ministras, ante los calores veraniegos que nadie pone en duda, propone crear la oficina del calor. Y ahí es donde está el quid de la cuestión.

Imaginaos, una vez creada esta oficina con al menos rango de Secretaría de Estado, con sus Directores Generales, Subdirectores,  adjuntos, jefaturas de área, servicios, secciones, negociados, ordenanzas, personal de limpieza y de seguridad y lo más fundamental, asesores.

La cantidad de oficinas que se podrían crear con este criterio.   Así a groso modo, se me ocurren unas cuantas, Oficina del frío, acordémonos de Filomena, de entretiempo, de la sequía, del fuego…

Vamos, se abriría una luz en el futuro laboral para las nuevas generaciones de incalculables posibilidades laborales.

Terminado de escribir este supuesto, leo que se va a crear un Centro Nacional de Salud Pública. Debe de ser que en el Ministerio de Sanidad no hay ningún departamento que entienda de estas cosas. Ya puestos, ¿por qué no una oficina nacional de sanidad animal y otra de vegetal?… Claro, para luego acabar diciendo que las competencias en temas de sanidad están en manos de las Comunidades Autónomas. Lo dicho, se mermaría el paro y además, según leo en prensa afín al movimiento gobernante, no habría problemas económicos pues la deuda pública no deja de subir, pero a menor velocidad que antes.

Ante este diluvio de nuevas Entidades estatales, muchas de las cuales solo sirven para colocar personas y agrandar el número de altos cargos bien pagados, solo decir que: “Trabajo sin provecho, es hacer lo que está hecho”.

Cambiando de tema, con todos mis respetos a los ciudadanos de Cataluña que sin sentirse españoles condenarían lo sucedido en el homenaje a las víctimas de los atentados del 17 de agosto, creo que no nos debe extrañar el intento de boicot por parte de un grupo de independentistas.  No cabe duda que todo lo que sea alterar la normalidad de convivencia en España es beneficioso para sus aspiraciones. Lo que sí nos debería de preocupar y mucho, es que los sucesivos gobiernos de España hayan dependido, dependan y es posible que sigan dependiendo de ellos para poder gobernar. 

Para terminar, ante esta disputa por ver quién da más con el tema de las tarifas de trenes y autobuses, solo quiero comentar que no se debe de aplicar el término de gratuidad, pues lo que cambia es solamente que si antes lo pagaba el usuario ahora lo vamos a pagar entre todos como el dicho: “A la mesa me senté y, aunque no comí escoté”